viernes, 23 de diciembre de 2011

BAZAR NOCTURNO




Aquellas calles de pueblo veraniego olían a almendras azucaradas. Duermo mi velero de aquellos días. Despisto  mi anhelo mirando las estrellas. Bajo el cielo Qatarí, observo lánguidamente a la muchedumbre pasar. Los hombres aquí lucen sus elegantes túnicas blancas.  Que misteriosos son con sus turbantes blancos en la cabeza.

Mira como vuela ella......Será la shisha. Me río de mi misma. Que bella.  Llego el extraordinario? El todo poderoso? Esa criatura capaz de acariciar y azotar mi alma? Y porque no? las gatas tambien se emparejan.

Pego pequeños sorbos de té entre el bullicio de un bazar nocturno. Leo el  poema de Alfonsina Estorni, “La Caricia perdida" 

...

Es una costumbre corresponderme con hombres. Me ayuda a ejercitar la escritura. Lo hago desde que tengo uso de la razón,  es pura filosofía. Istanbul-Londres- Paris-. En realidad, es deseo reprimido, melancolía erótica yo diría. Todavía guardo carpetas. Cartas inmortales describiendo la lujuria sensorial que entonces ardía, jurar un amor eterno después de inolvidables recorridos por la piel, corazones jóvenes galopando vidas. Pues esos encuentros desembocaron las ansias de mis primeras artes poéticas.

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